Putas la gomera

Las putas en La Gomera son una realidad que no se puede negar.

Esta pequeña isla en el archipiélago de las Islas Canarias es conocida por sus hermosas playas, su clima cálido y su naturaleza exuberante.

Sin embargo, detrás de esta imagen idílica, se encuentra una industria del sexo que a menudo es ignorada y estigmatizada. La Gomera es una isla de tamaño pequeño, con una población de alrededor de 22.000 habitantes. A pesar de ser un destino turístico popular, la isla sigue siendo bastante rural y con una economía basada principalmente en la agricultura y el turismo.

Sin embargo, también hay una gran cantidad de trabajadores sexuales que operan en la isla, especialmente en las zonas turísticas como Valle Gran Rey, Playa Santiago y San Sebastián de La Gomera. La mayoría de las putas en La Gomera son mujeres migrantes de países como Colombia, Venezuela, Brasil y Nigeria.

Muchas de ellas llegan a la isla con la esperanza de encontrar un mejor futuro económico, pero terminan en la industria del sexo debido a la falta de oportunidades de trabajo y la necesidad de enviar dinero a sus familias en sus países de origen. La situación de estas mujeres es precaria, ya que su trabajo no está regulado ni legalizado en España.

Esto significa que no tienen acceso a servicios de salud adecuados, no tienen derechos laborales y están expuestas a la violencia y la explotación.

Además, debido a su estatus migratorio, muchas de ellas no pueden acceder a servicios legales y protección policial en caso de abuso o agresión.

A pesar de estas condiciones, las trabajadoras sexuales en La Gomera están orgullosas de su trabajo y lo ven como una forma de sobrevivir y proporcionar para sus familias. Sin embargo, también enfrentan la discriminación y el estigma social por parte de la comunidad local y los turistas que visitan la isla.

La falta de regulación y legalidad de la industria del sexo en La Gomera también ha llevado a un aumento en la trata de personas.

Las mujeres son a menudo engañadas con falsas promesas de trabajo y luego son forzadas a trabajar en la industria del sexo contra su voluntad.

Este problema es especialmente grave para las mujeres migrantes que no tienen redes de apoyo y están en una situación de vulnerabilidad. Ante esta realidad, varias organizaciones y grupos de activistas están trabajando para mejorar las condiciones de las trabajadoras sexuales en La Gomera. Estas organizaciones ofrecen servicios de apoyo y asesoramiento, así como programas de formación para ayudar a las.